El Gardendal imparte el Programa de Instrucción desarrollado por el padre Miguel de Bernabé tras largos años de estudio y experimentación.

Al tratarse de un programa práctico, no teologizante ni erudito, y no ser siquiera un programa catequético puede parecer singular.

La instrucción parte de cero, por así decirlo, al comenzar con la Guía del Hombre, que tiene por objeto responder ─exclusivamente por la razón─ las grandes preguntas que todo hombre debe hacerse:

  • ¿Por qué existe algo en lugar de nada?
  • ¿Quién soy?
  • ¿Cuál es mi destino?
  • ¿Existe Dios?

Darles respuesta no es una cuestión de curiosidad intelectual sino de interés vital ya que la vida de cada uno va a ser según las respuestas que les hayamos dado.

Tras la Guía del Hombre, el Programa continúa con dos textos fundamentales:

El Evangelio vivido: para profundizar en quién es Cristo, conocer su vida completa y enfrentarse al sentido de sus actos y palabras. Quien cursa el Evangelio vivido:

  • Conoce la vida de Jesucristo completa, y no sólo lo que creía que era su vida.
  • Supera la tan habitual “sobrelectura” del Evangelio entendiendo mejor el significado de sus enseñanzas.
  • Se enfrenta de manera interpelante al verdadero sentido de los hechos y palabras de Cristo.

Evangelio en ideas: que contiene las ideas de Cristo ordenadas a fin de facilitar enterarse bien de qué dijo Cristo. La carencia, en la instrucción de los cristianos, de un conocimiento claro de las ideas de Cristo es una de las causas de una mentalidad muy extendida y que quizá sea el más grande mal actual de la Iglesia: el semicristianismo. Quien cursa el Evangelio en Ideas sabe qué dijo Cristo:

  • Sobre Dios.
  • Sobre Sí mismo (Cristo).
  • Sobre sus discípulos.
  • Sobre la Iglesia.

La segunda parte del Programa atiende en primer lugar a dos necesidades fundamentales: abordar varias cuestiones urgentes y explicar la praxis seglar (muy diferente a la monástica o monastizada).

Quien cursa esta segunda parte aprende, entre otras materias:

  • La descripción y análisis del “semicristianismo” y su distinción del Cristianismo, entendiendo el primero como una deformación y banalización del segundo que, desgraciadamente, está muy extendida entre los católicos, incluso eclesiásticos.
  • La clara distinción entre dos maneras de ser cristiano: la monástica y la seglar; idénticas en lo fundamental, pero muy distintas en lo accidental, en la praxis.
  • La raíz de la formación del cristiano: los Compromisos del Bautismo, que deben ser la guía para la praxis del cristiano seglar (en lugar de los votos u otros compromisos, propios de lo monástico).
  • Heptalogía (nombre inspirado en Las Moradas de Santa Teresa), que es la ciencia de la santidad, del progreso en el amor a Dios. Fundamentada en la Ascética, aunque llevada a la praxis diaria y el conocimiento del propio estado espiritual en función de síntomas y trabajos de Etapa.
  • Nociones básicas sobre Mundotecnia, es decir, sobre la tarea propia del seglar: la construcción de un Mundo Ideal.
  • Y, tratándose de seglares, recibe instrucción sobre: el Triple desarrollo (físico, intelectual y espiritual); el entorno (familia, amigos, trabajo); el amor; el placer y la diversión; el aprovechamiento del tiempo y del dinero; la educación de los hijos, etc.

La instrucción, eminentemente práctica, evita en lo posible tratar de Teología por la experiencia de que esta, desde hace siglos, viene absorbiendo en la Iglesia toda la formación cristiana, de la que únicamente es una ciencia auxiliar.